Bojayá: Vivir en el riesgo!

posteado hace 8 días | por ECHO_Quito | 0 comentarios

Un retrato de una de las cinco Comunidades beneficiarias por el Proyecto DIPECHO CHOCÓ, COLOMBIA.

Son las seis de la mañana del domingo y queremos ver como amanecieron los vecinos, nosotros afortunadamente estamos secos, nuestras pertenencias mantuvieron elevadas. Esa fue nuestra primera medida preventiva la noche anterior, cuando los habitantes del corregimiento de San José de la Calle nos han resguardado en la mejor casa, aquella que tiene agua y sanitario, en parte su hospitalidad, en parte su consideración por nuestro citadino origen.

 El agua ha subido cerca de un metro, algunas casas están inundadas, otras esperan pocos centímetros para verse anegadas. Unos pocos, han elevados sus casas y las han construido muy por encima de la cota de inundación con la ayuda del Proyecto Dipecho que adelanta la Cruz Roja Colombiana con el apoyo técnico y financiero de DG ECHO, Cruz ROja Holandesa, Cruz Roja Noruega y la Unidad Nacional de Gestion del Riesgo a Desastre de la Presidencia de la Republica de Colombia UNGRD. La mayoría tendrá que aguardar a la posibilidad de recursos financieros. 

Román Murillo, el líder de los sierristas, es el primero en llegar a reunirse con nosotros, luego Juan Evangelista llega con café caliente. Esto me recuerda que en la pobreza lo que sobra es la generosidad. Algunos de ellos, están próximos a acabar sus alimentos y su capacidad productiva esta algo disminuida por causa de las inundaciones. Sin embargo siempre habrá algo para el que llega. 

Juan, el profesor de la Unidad Pedagógica de Apoyo, conocida como UPA, nos ha recibido en sus instalaciones. Nos informa que pronto tendrá que irse a trabajar en Bellavista, la cabecera municipal de Bojayá, pues las inundaciones no permiten atender a niños más pequeños que son sus beneficiarios y por su seguridad debe abandonar la comunidad. Maria Lilia, reconocida Directora de la escuela de primaria nos dice que su escuela ya está inundada y que van a verse obligados a suspender las clases. 

Es una realidad difícil de entender, pues cuando más debieran estar los servicios vigentes, las condiciones llevan a que disminuya la oferta de estos. En nuestro camino pudimos observar que las obras de la escuela que lleva construyéndose dos años, han avanzado un poco más, pero ya está en riesgo de inundarse, sin apenas haberse inaugurado.   

Patrocinio, un viejo de más de 82 años con mucha sabiduría, nos dice que comida casi no hay, y la pesca, a ratos bien, a ratos mal, pero que ellos lo que menos esperan es comida, esperan que les ayuden a solucionar su problema definitivamente. Él no sabe cuánto tiempo más vivirá, pero que ruega que antes de morir, pueda ver surgir a su pueblo como surge la doncella cuando el agua empieza a subir. 

Por lo pronto Marino, otro viejo pescador y líder en su comunidad, tendrá que buscar rápidamente como construir su tarima en el interior de su casa como lo hace Porfiria la doña de la tienda, para lograr resistir las inundaciones que pronto llegaran a un nivel crítico.   Vivir en el riesgo en un sitio como Bojayá, es mucho menos visible que el riesgo de perder el teléfono en el transmilenio y un poco más traumático que los atascos viales en las grandes ciudades. Bojayá tiene el aura de la tragedia, pero los ojos de los más jóvenes tienen el brillo de la esperanza. 

Nosotros debemos partir, no sin antes, comprometernos en que aquí estaremos, ayudándoles en la emergencia, pero sobre todo trabajando para el futuro cercano y en lograr comunidades más fuertes ante las inundaciones, y confiados en que tendremos el apoyo para alcanzar ese propósito

 

Tags relacionados: adaptación Bojaya Choco Cruz Roja Colombiana Cruz Roja Holandesa Cruz Roja Noruega inundacion

Comentarios

Últimos Usuariosen Desaprender